El Impuesto sobre el Patrimonio es un impuesto de carácter directo que como su propio nombre indica, grava el patrimonio neto o, dicho de otra forma, las posesiones de las personas físicas. Se encuentra cedido a las comunidades autónomas. Son éstas las que se encargan de su recaudación, gestión y regulación.
En principio se grava todo el patrimonio de la persona, independientemente de donde estén situados los bienes, pero a efectos reales, sólo se graban los bienes o derechos que puedan ejercitarse en territorio español.