La inflación es el aumento de los precios de los bienes y servicios durante un periodo de tiempo determinado. La subida de los mismos significa también la disminución de la capacidad de compra de la población. Ello comporta que con el mismo dinero podemos adquirir menos bienes y servicios.
Pongamos un ejemplo: en el año 2017 una barra de pan costaba 1 euro y ahora en 2018 nos cuesta 1,10 euros. Ha subido un 10% el precio (10 céntimos). Esta variación sería la inflación. Suponiendo que ganáramos el mismo dinero en 2017 y 2018 perderíamos capacidad de compra.
¿Qué es IPC?
Como es evidente no nos interesa perder poder adquisitivo y para eso disponemos de un instrumento que mide la variación de precios de «la cesta de la compra» habitual de los hogares españoles (alimentos, casa, salud, transporte, enseñanza, ocio y cultura…). Este instrumento es el Índice de Precios al Consumo (IPC) y lo publica mensualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE). De esta manera el IPC nos sirve como alerta para no perder poder adquisitivo.
Una aplicación del mismo sería para ajustar la subida de los salarios y las pensiones.
Consultando el Instituto Nacional de Estadística podemos ver la evolución del IPC en España desde el año 2006 hasta la actualidad.